jueves, 24 de julio de 2014

era Casilda

En los 90 pusieron los peajes. No sabemos si el pliegue es lo que une o divide, pero Murphy era, como si dijeramos, el gran Venado Tuerto. Éramos tan pequeños que creíamos que Venado era grande, y pequeña solamente si se la comparaba con Rosario. Por eso, todo lo que había en el camino no tenía tanta relevancia como Venado.
Un peaje dividía Murphy de su metrópolis natural, así como otro dividía Casilda de Pujato. El caso es diferente: Casilda no era una ciudad tan importante como Venado para un niño como uno, y Pujato estaba cerca también de Rosario, su metrópolis natural. ¿Qué tenía Casilda? Una sede de la Universidad de Rosario? Pero era chiquito el pueblo!
y sin embargo, recuerdo que en los viajes frenábamos a comprar manijaponé y cosas por el estilo en unas casitas que están después de la curva del golf club que está antes de llegar al peaje, si uno va en dirección a Rosario. Eso era Casilda, una ciudad pujante en donde se compraba manijaponé. Pero pujante, sobre todo.
Después empezamos a desviar por la 14 y yo extrañaba pasar por Casilda, porque era una marca del viaje: la puerta de la facultad de veterinaria y la casa del manijaponé. Pero ya estabamos grande para las pelotudeces. Pero había algo más, otro hito místico que estaba en la ruta: un cartel.


Tenía forma de guitarra. Era un cartel que decía que en Casilda había una fábrica de guitarras, cuya marca era Romántica. Es, porque existe todavía. La guitarra que me regalaron mis padres cuando cumplí 18 años (si hago la cuenta, mejor no la hago, van a ser 18 años los que pasaron en poco tiempo), fue fabricada allí, y es de las de alta gama. Mucho tiempo después, ya viviendo en Rosario, me di cuenta que la casa de instrumentos musicales que está por calle mendoza y españa era de la misma gente, Mantini musicales.

El otro día le pisamos la fábrica. "Ustedes tenían un cartel en la ruta". "Uh, pero de eso hace mil años".


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